Fiestas cristianas, fiestas profanas (1934-1935), documental sobre Murcia de José Val del Omar



MURCIA (7 abr. 2009). - Con el título Fiestas cristianas, fiestas profanas se recopilan tres rollos de película rodados en la Región de Murcia en los años 1934 y 1935 por el granadino José Val del Omar, uno de los más importantes cineastas vanguardistas españoles, y probablemente por otros integrantes de las Misiones Pedagógicas de la II República Española. El material original había sido conservado en tres cajas por Cristóbal Simancas, estrecho colaborador de Val del Omar, que custodió durante varias décadas en Venezuela parte de la obra de su estrecho amigo, y que finalmente lo puso en manos de María José Val del Omar. Las imágenes tienen en común el seguimiento de unos festejos y rituales característicos de Lorca, Cartagena y la capital que da nombre a la región durante la semana santa y las fiestas de primavera.

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La restauración de los documentales originales fue financiada por la Dirección de Proyectos e Iniciativas Culturales de la Comunidad de Murcia que, en 2003, en colaboración con la Fundación Giner de los Rïos, de la Institución Libre de Enseñanza, el Patronato Carmen Conde - Antonio Oliver, de Cartagena, y el Ministerio de Cultura, y bajo la dirección de Gonzalo Sáenz de Buruaga, fueron presentados en la Sala de Verónicas de Murcia y en la Residencia de Estudiantes de Madrid,

Las tomas de Lorca son de 1934, apreciándose una clara participación femenina, con inclusión de jinetes, cuádrigas y carrozas alegóricas. También se recoge la actividad ciudadana en un día de procesiones, el trabajo en los talleres de bordado y el esplendor de sus bordados. Primero desfiló el paso azul y después el blanco, para terminar con las imágenes de sus respectivas patronas, la Virgen de los Dolores y la Virgen de la Amargura, respectivamente. La primera tan celosamente guardada durante la guerra civil por el sacristán de la Iglesia de San Francisco, que murió en 1938 sin rebelar a nadie el lugar donde la ocultó y que ningún lorquino ha sido capaz de localizarla hasta el momento. Según Domingo Munuera Rico es el tiempo dorado del bordado y la ratificación del viernes santo como la fiesta de Lorca.

La semana santa de Murcia queda reflejada en la procesión del viernes santo del año 1935. Val del Omar se recrea con imágenes de plazas y calles, sus gentes y las antiguas fachadas de una Murcia que se fue. Un momento irrepetible es la entrada de la imagen de Nuestro Padre Jesús a la catedral por la puerta del Perdón, tradición perdida en la actualidad. También recoge imágenes de la procesión de los coloraos, que se celebra el miércoles santo.

La semana santa de Cartagena, también de 1935, se inicia con unas imágenes de los molinos de viento del campo de Cartagena y tomas de la cofradía del Prendimiento (californios) del miércoles santo por la noche, lo que impide contemplar las imágenes, pese a su alumbrado. Desfila el carro emblema de la hermandad y los tronos de San Juan y la Virgen de los Dolores, ambos de Salzillo, destruidos durante la guerra civil. Lo más interesante es el juego de luces durante la noche, mientras la procesión desfila a los lejos, alternando luces y sombras que juegan sobre las aguas del puerto.

Las fiestas de primavera de Murcia corresponden también al año 1935. Se inicia el documental con algunas imágenes de la ciudad y su huerta y un variado juego de flores y luces, así como la cría del gusano de la seda y la venta de frutas y verduras en el desaparecido mercado de San Andrés, mientras pasan galeras y carros. Se recogen los tres espectáculos típicos de estas fiestas. El bando de la huerta, durante la mañana, con sus personajes típicos, la lectura de los bandos por el perráneo, las carrozas, y escenas de aguadores llenando sus cántaros en una fuente pública, y el trasporte a mano de los carretones con seis o nueve cántaros de agua. La batalla de las flores, que ese año se celebró en el antiguo Parque de Ruiz Hidalgo, ofrece imágenes de las carrozas, que facilitaba la venta de las flores cultivadas en la huerta, proporcionando trabajo a numerosas personas y permitiendo a las jóvenes desfilar por la ciudad al terminar la batalla. El entierro de la sardina, por la noche, es abieto por gastadores con los utensilios típicos de cocina. Las carrozas, más pequeñas que las actuales, repartían juguetes al público. Val del Omar prestó una especial atención a Mercurio. El juego de la luz, fundamentalmente los hachones, y el de la quema está tratado por el cineasta de forma insuperable para la época y los escasos medios técnicos utilizados.

Murcia y las Misiones Pedagógicas

Para difundir la cultura en general y actuando de forma preferente en pueblos y lugares apartados, el matrimonio Carmen Conde - Antonio Oliver promocionaron el Patronato de Misiones Pedagógicas en la Región de Murcia durante los años 1933, 1934 y 1935. En algunas ocasiones se incorporó a estos trabajos José Val del Omar con su cámara sonora de 16 mm RCA (Tipo PR-25), realizando un trabajo muy variado, según las circunstancias, que le permitía actuar como técnico, cineasta, fotógrafo y proyectista instalando para ello un equipo de proyección por batería y una improvisada pantalla en las plazas de los pequeños pueblos, proyectando películas de Charlot en lugares a los que aún no había llegado la luz eléctrica.

La labor del Patronato de las Misiones Pedagógicas en Murcia comenzó con la creación de bibliotecas -en su mayor parte en las escuelas rurales de primera enseñanza-. Entre los años 1932 y 1934 se crearon 72 bibliotecas. Gracias a la colaboración de la Universidad Popular de Cartagena y, sobre todo, al estímulo de Carmen Conde y Antonio Oliver, se realizaron además tres misiones circulantes. La actividad en la región se complementaba con las iniciativas de las Escuelas Normales, que extendieron la acción cultural a lugares a los que las misiones centralizadas no podían llegar.

José Val del Omar (Granada: 1904 - Madrid: 1982) es considerado uno de los cineastas experimenales españoles, no solo por la calidad de sus filmaciones, sino por haber inventado una serie de instrumentos inéditos hasta ese momento que le permitía economizar su escaso material. Val del Omar fue un convencido de las enormes posibilidades del cine y el papel que podía desempeñar en la transformación de la sociedad. Como miembro de las Misiones Pedagógicas impulsadas por la II República Española, realizó desde 1931 centenares de fotografías y decenas de documentales sobre la labor de Misiones Pedagógicas y su Museo del Pueblo. Residió entre los años 1934 y 1935 en las ciudades de Cartagena, Lorca y Murcia, quedando prendido por el hechizo de unos lugares que parecían suspendidos en el tiempo. Aprovechó su estancia para rodar tres documentales sobre la semana santa en estas ciudades, así como otro sobre las fiestas de primavera en la capital murciana que hoy, setenta y cinco años después, constituyen un excepcional documento de un tiempo que se nos fue. La conservación de estos documentales son de Filmoteca de Andalucía, que también distribuye el vídeo.

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